domingo, 5 de junio de 2011

Malvada.

Estamos sentados sobre la hierba, porque soy una cabezota y me gusta el contraste de tus ojos con ese verde. Se parecen tanto, y son tan distintos a la vez. Reímos no sé porqué tontería. Es un buen día. El cielo presume, vestido de un color azul intenso salpicado de pequeñas nubes blancas difuminadas. Se oyen los gritos de los niños que juegan en los columpios, pero nosotros hemos creado nuestra pequeña burbuja. Nada ni nadie existe ya, excepto nosotros.

De repente, te pones muy serio. Te miro divertida. No sabes ponerte serio de verdad. Sonrío y espero, a ver qué se te ha ocurrido esta vez.

-¿Sabes una cosa? -preguntas.

Niego con la cabeza. Enarco las cejas en señal de interrogación.

-Me gusta cuando me acerco -poco a poco, mueves tu rostro hacia mí- muy despacio -demasiado, pero en unos segundos tu nariz roza la mía-, me quedo así -cojo el aire que se escapa de tu boca y lo retengo dentro de mí, casi puedo sentir tus labios contra los míos- y sonríes.

Sonrío, y te alejas, casi dejando que el viento se lleve tu beso.

-¡¿Ah, sí?! -exclamo.

Ya verás. Rodeo tu rostro con mis manos en una caricia y elimino rápidamente el espacio que nos separa. Me acerco a tus labios. Veo cómo cierras los ojos, pero yo los mantengo abiertos. Y justo a un milímetro de que nuestras bocas se rocen, me separo un poco y sonrío. El viento se lleva tus ganas. Abres los ojos. Te miro, saboreo la victoria en tu cara de reproche.

-¿Qué...?
-¿No te gustaba cuando sonreía? Pues he sonreído.

JÁ, te he ganado, guapo. Admítelo, admítelo, sabes que me encanta cuando me llamas...

-Malvada.
-Ya lo sabes, no puedo evitarlo.
-Ven aquí...

Te echas hacia delante y me aprisionas contra la hierba.

-Ahora no puedes escapar -afirmas.
-¿Alguien ha dicho que quisiera?

Y nos besamos. Nos permitimos el placer de cerrar los ojos, de que nuestros labios se rocen, de respirar a la vez. Una cascada de sensaciones baja a toda velocidad en mi estómago. ¿Te he dicho alguna vez lo mucho que me gusta cuando haces eso? Bueno, pues mucho más de lo que puedas imaginar, pero no lo hagas a menudo, que me acostumbro y luego no me tiene gracia, ¿vale?


3 comentarios:

  1. Siempre soléis ser vosotras las "malvadas" y nosotros quienes, sumisos, tengamos que conformarnos :)

    ResponderEliminar
  2. ójala fueran así todas las maldades del mundo

    ResponderEliminar
  3. Esta genial. Y no es que seamos malvadas... simplemente ganamos siempre =P

    ResponderEliminar