domingo, 23 de agosto de 2020

Olivo verde.

 Llueven en mi vientre y en mis manos

palabras de otros. Ciñen mis ojos

sus vendajes en este verano atemporal.

Apenas respiro.


Nacen labios que no callan,

se agrietan y sangran. Llega

el sabor metálico a mi boca.

Sus mentiras me ahogan.


No hay olivo verde ni escondite

donde guarecer esta incertidumbre

de días soleados y agua

que roza tus mejillas.


La herida es

demasiado profunda.


Nacen palabras púrpura

en tus labios. Susurros de sombras

que no se atreven a romper

esta incesante caída en vertical.


Llueven tus palabras y germinan

en mi vientre y en mis manos.

Florecen verdes ramas en mis ojos.

Y respiro.