sábado, 20 de noviembre de 2010

"Quiéreme si te atreves".



-¿Capaz o incapaz? -me susurró al oído.

Dudé durante unos segundos. Me estaba retando, como siempre. Aquel maldito juego me mataba y me revivía al mismo tiempo. Era una adicción: insana, pero necesaria.

-Capaz -le sonreí.

Me acerqué lentamente, notando el temblor de mi cuerpo. Acaricié su mejilla con mi fría mano. Ví el brillo de sus ojos justo antes de cerrar los míos. Y junté mis labios a los suyos, como siempre habíamos querido. Como siempre, con la excusa del juego, habíamos evitado hacer.

Me perdí en aquel beso como se pierde un náufrago tras una tormenta en alta mar. Pero, al revés que el que busca tierra, yo no quería encontrar la realidad, deseaba quedarme allí, nadando en aquella sensación, ahogándome en su dulce aroma.

1 comentario: