miércoles, 24 de noviembre de 2010

It was only a kiss.

Conocer la verdad no suele ser fácil, ni placentero. Para ti no habrá una excepción.

Al principio siempre quieres saber. Todo va bien. Sales al exterior despacio, curioso. Pero de repente la verdad se muestra ante ti, dolorosa como una luz intensa tras una eterna oscuridad, y quieres volver lo antes posible a tu situación anterior, a la ignorancia que te proporcionaba felicidad. Cual habitante de la caverna de Platón. Sin embargo, aunque pudieras volver, nada sería como antes.

Te vence por un momento la incredulidad y vuelves a mirar. Es ella, sin lugar a dudas. Ella en los brazos de otro, acariciada y besada por alguien que no eres tú. Te retuerces. ¿Por qué te está pasando todo esto? Te quedaste dormido, pensando que la tenías firmemente atada a ti. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que la abrazaste por última vez? ¿Y desde el último beso? Mucho.

Un beso. Fue sólo un beso. Lo vuestro empezó como un juego de besos. Quizás ha empezado también así con él. Al fin y al cabo, ¿qué es un beso? Puede serlo todo... o no significar nada. "Quizás fue sólo un simple beso, ¿cómo ha terminado así?", te preguntas. Incrédulo, no busques excusas.

No puedes moverte, así que miras, observas fijamente cada uno de sus movimientos, memorizándolos para tus pesadillas. Él fuma, el humo sale de su boca como volutas de un capitel jónico de una columna griega, quizás del Erecteion. ¿A qué viene esto ahora? El caso es que él fuma, y ella recoge su respiración en un beso. Cada vez más largo, cada vez más intenso, cada vez más doloroso.

Y cuando termina el cigarro la echa sobre la cama con fiereza y le quita el vestido. Sí, le quita el vestido. La deja medio desnuda encima de las sábanas en las que alguna vez estuvo contigo. No sería tan malo si ella no acariciara su pecho, su cuello, su pelo, y lo atrajera hacia sí para besarlo de nuevo.

¿Que te deje ir? No, todavía tienes que ver un poco más. Convencerte de lo que está pasando. Asegurarte de que no es una alucinación. Descubrir que, en parte, ha sido tu culpa también.

Sus cuerpos se unen, en una incesante ola de calor. ¿Lo sientes? Celos. Recorren cada milímetro de tu cuerpo, desde la raíz del cabello hasta las uñas de los pies. Tomando el control. ¿Tomando el control? No, porque hasta aquí ha llegado mi férrea obligación. Si quieres seguir mirando o no, es decisión tuya. Me miras sereno, con un dolor tan grande que consume hasta el corazón, das media vuelta y te marchas.

¿Estás de broma? No hay excusa posible. Eres un cobarde. Vamos, abre los ojos, soy Mr Brightside.





http://www.youtube.com/watch?v=gGdGFtwCNBE

Por supuesto, la inspiración no viene sola, sino de la mano de los grandes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario