sábado, 14 de mayo de 2011

Manual de las sonrisas.

Se trata de un manual muy sencillo que, por desgracia, muchas veces dejamos olvidado en casa o frente al espejo por la mañana. No tiene más que unas cuantas reglas para lucir pequeñas y grandes sonrisas, de todo tipo, pero siempre sinceras.

En primer lugar, quitemos esas arrugas en la frente. Bien. Relaja la cara, cierra los ojos durantes unos segundos si es necesario. Respira profundamente. Inspira. Expira. (He de reconocer que eso siempre me ha hecho mucha gracia).

Ahora, las ojeras. Una vez relajado el rostro, pasamos las yemas de los dedos por la piel que se encuentra bajo los ojos. Le añadimos a eso algún recuerdo alegre, por ejemplo uno de la infancia, de alguna excursión, o un día de playa.

Después, la nariz. Aunque no lo creáis, es una pieza muy importante en la sonrisa. Concentraos en vuestra nariz. Poneos bizcos y sentiros un poco tontos. Si lo hacéis delante de alguien, mejor, pues así su sonrisa hará que la vuestra sea más fácil de crear.

Y por ultimo, la zona más complicada. Seguramente después de todo esto vuestra boca será algo más que una simple línea recta. Quizás esté un poco curvada hacia arriba. Cogemos las comisuras de los labios y los vamos curvando más y más en esa dirección. Sentiremos cómo nuestros labios se estiran. Si lo hacemos bien, los labios se separarán y dejarán a la vista nuestros dientes. Existen mil tipos diferentes de sonrisas. Unas más anchas, otras más estrechas. Pero todas, si se hacen con sencillez y desde el fondo del alma, son hermosas.

¿Todavía no has sonreído hoy? Pero, cacho perro, ¿a qué esperas? Corre y regálale tu sonrisa a alguien, no sabes cuánto puede cambiar ese simple gesto el resto del día.

Click.
Espero, por tu bien, que hayas sonreído.

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