miércoles, 25 de mayo de 2011

Efímera y fugaz.


Cierra los ojos. Respira profundamente. Entra en el escenario mientras un tímido aplauso se extiende entre los miembros del público. Saluda con una reverencia formal. Abre la tapa del piano y ajusta el asiento a su altura. Se sienta y coloca las manos sobre las teclas. Siente un escalofrío. Echa los brazos a un lado y los deja sueltos un momento. Se relaja unos segundos. Se concentra.

Acaricia las teclas. Coge aire, en una respiración fuerte, y comienza a tocar.

Fuerte. Agobio. Desesperación. Suave. Tristeza.

¿Cómo interpretar los sentimientos que quiso plasmar Beethoven en su obra? ¿Cómo saber qué quería decirnos? Se deja llevar por la música y relamente no es consciente de lo que hay a su alrededor. Sólo existen las teclas, blancas y negras. Ochenta y ocho teclas, a su merced. Casi obsesivamente, bajan y suben. Y es mágico el sonido que producen bajo sus manos.

En su asiento, el pianista oscila y se adelanta en algunos fragmentos. Se acerca al piano casi acariciándolo. Desde el público, se lo ve entregado a una relación dolorosa. Las cuerdas vibran, tiemblan a su contacto. La estancia se llena de su sonido y la atención se centra en él, en su melodía, en su música.

Pero, ¿en qué está pensando él? El pianista está ya muy lejos del escenario. Vuela entre sus propios pensamientos. Se desliza entre los recuerdos. Las horas que ha pasado ensayando para el concierto. Desde un principio lleno de fallos hasta la lectura completa. Y luego, el toque personal. La interpretación propiamente dicha. Repetir fragmentos hasta la saciedad. Grabarlos en su memoria.

Sigue atento a cada nota, pero está muy lejos de allí en realidad. Ella. Ella ocupa su mente. Todo lo ocupa ella, como en el poema de Neruda. Recuerda los primeros acercamientos difíciles. Ella, tan resistente, no se dejaba tocar. Insistente, él no se dejó vencer. Consiguió, tras años y años, algún gesto por su parte, que le proporcionaba el impulso necesario para continuar con su lucha. Y cuando parecía que la tenía rendida a sus pies, volvía a desafiarle al irse con otros. Le comían los celos y la deseaba sólo para sí. Se encerraba con ella e intentaba hacerla entrar en razón. Sin embargo, siempre ocurría lo mismo. Ella volvía a desaparecer durante largas temporadas que pasaba en otros brazos.

Al final, siempre volvía a él. Con esfuerzo y dedicación, conseguía mantenerla a su lado. Pero le seguía dañando. Le seguía mordiendo el alma. Le seguía revolviendo las entrañas. Con cuchillos. Y sangraba, sangraba todo su amor por ella. Y la odiaba, la odiaba por amarla tanto y no saber vivir en su ausencia.

¿Ausencia? En realidad ella siempre estaba presente, aunque él no la viera. Pues el mismo sonido de su corazón marcaba el compás de sus pasos, que siempre le acompañaban. Era él el que no se amoldaba a su figura e intentaba cambiarla. Era él el que se obsesionaba con sus huidas.

Mientras tanto, ella le seguía siendo fiel cuando él la dejaba. Se rendía a sus proposiciones y dejaba que sacara de su piel las más bellas melodías.

Acaba la pieza. Él se da cuenta. Ella ha estado ahí siempre. Quizás ha sido él quien no ha sabido ver la libertad que necesita la música. Quizás ha sido él quien la ha acorralado contra una esquina. Pero sigue ahí, después de todo. Sonríe con cierta amargura. Se levanta y hace una reverencia mientras en público aplaude. Ahora lo entiende todo. No puedes encerrar en una jaula a un ser tan libre. No puedes querer poseerla. Debe ser efímera y fugaz, pues así es como más bella se luce.

Sale del escenario. Atraviesa las puertas y se deja envolver por la brisa. Ahora que lo ha comprendido, sólo quiere volver a tener un rato a solas con ella, para volver a acariciar su piel...

Me dirás que no es hermosa...

5 comentarios:

  1. 88???

    casi nada

    pues sí...es hermosa y nos muestra

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  2. Increible la descripción!! Y encima con un piano! Precioso ^^

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  3. Muy pero muy linda entrada. Transmite muchisimas sensaciones ♥ Te felicito porque tenes un blog increible, segui asi! Saludos :)

    Ay! te gusta MUSE como a mi :D

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