martes, 17 de mayo de 2011

I swear I'll never give in.

I've got another confession to make.

Supongo que esa frase de los Foo Fighters define a la perfección lo que voy a hacer. O quizás no.
La verdad es que no se trata precisamente de una confesión. O quizás sí...

Se revuelve entre las sábanas. Se deshace de ellas. Se da la vuelta. No hay ni un hueco fresquito en el minúsculo colchón. Estira los brazos y se separa el pelo de la cara. Respira profundamente. Intenta levantarse, pero algo la retiene. Da otra vuelta. Tira la almohada a un lado y deja que su cabeza repose a la misma altura que el cuerpo. Se marea. ¿Qué está pasando?

Aún con el peso del recuerdo encima, intenta levantarse de nuevo. Nota las cadenas a su alrededor. Crean una pequeña burbuja en torno a su espacio vital. Hace un último esfuerzo y las araña antes de caer rendida.
Vuelve a la consciencia. Grita. Nadie parece oírla. Repite el proceso, más fuerte. Se le desgarra la garganta. Siente cómo sus pulmones suplican por un poco de aire. Grita. Tose. Se ahoga. Llora.

Entonces, comienza su monólogo.

-Nunca supe si todo lo que vivimos nos llevaría a algún sitio. Pero, desde luego, nunca pensé que fuera así. Si este es el final, no quiero seguir. Y si lo que espera es igual, mejor dejadme aquí. ¿Cómo seguir si esto es lo que se recibe tras el esfuerzo de toda una vida? Dime, ¿en qué consiste el contrato y cuándo lo firmamos? Porque no leí la letra pequeña. ¿Es esto resistir? ¡Dímelo! Yo sólo veo abusos. Abusos de una sociedad, de una vida, que no nos deja opción a crear nada nuevo.

Se le rompe el corazón en cada palabra. Se le sale el alma de los labios.
¿Quién te está quitando lo mejor de ti? Dime, ¿quién? Lucha. Levántate y ponte en guardia. Defiende tus ideales. Vive por lo que sueñas. Y no te dejes vencer hasta conseguirlos. No te acomodes. No te conformes. Lucha y si caes, inténtalo de nuevo, una y otra vez. Stand up for what you believe.

-Quizás no he hecho la pregunta adecuada. Quizás no se me entiende. Y ni siquiera "¿por qué?" es lo que quiero saber. No me importa el porqué. Importa el ahora. Importa dónde estamos. Importa lo que queda delante. Quizás fui una idiota al pensar que podía con todo. El que mucho abarca poco aprieta, ya me lo dijeron alguna vez. Pero, ¿sabes? Seré tu idiota, pero no voy a dejarme vencer ahora. Verás cómo rompo mis cadenas, tus cadenas, y me salgo con la mía.

Recoge toda su fuerza, todo su valor, y vuelve a intentar levantarse. Y lo consigue. Se incorpora. Se estira. Se le notan los sueños, las metas, corriendo bajo la piel. Se peina el cabello. Echa las cadenas a un lado. Se coloca el vestido. Ay, pequeña, cuánto me gusta tu forma de salir adelante. Llévame contigo. Siempre fui un poco cobarde, así que deja que sea tu sombra. Tu escondite cuando luches. Tu hombro cuando llores. Tu apoyo cuando no puedas más. Deja que sea tu mejor mentira, tu más pura verdad.

-Juro que nunca me dejaré vencer.

Y yo te recordaré ese juramento cuando estés a punto de caer.

2 comentarios:

  1. ¿Dónde se encuentran los límites de uno mismo escritos sobre papel?
    No tan lejos en la realidad.
    Qué fácil sería vivir en vez de sobrevivir.
    Es lo que nos ha tocado...

    Genial Ross :)

    ResponderEliminar
  2. En la inquietud se encuentra el movimiento

    En la curiosidad el avance

    Y en el peine, los pelos pasados

    ResponderEliminar