domingo, 13 de marzo de 2011

Canibalismo.

He de reconocerlo. A veces, tengo unas enormes ganas de devorarte. Sé que el canibalismo está penado por la ley, pero no puedo evitar pensar en comerte dos o tres veces al día. Y aumentan si te tengo al lado. No sé. Últimamente me estoy volviendo un poco paranoica, creo. Es extraño. Y lo más raro es que no me arrepiento de pensarlo.

Un día, te llevaré a un lugar solitario, en el que nadie nos interrumpa. Nos sentaremos, charlaremos, parecerá un día como otro cualquiera. Tu sonrisa me hipnotizará, como siempre. Y entonces lo pensaré: "Tengo que comerte, lo siento, es hoy o nunca". Me acercaré despacito, como a ti te gusta. Te besaré suavemente el cuello. Una, dos, tres veces. Te dejarás, tranquilo, callado. Cambiaré de lado y volveré a besarte lentamente. Una, dos, tres veces. Y el olor de tu colonia me provocará una subida de adrenalina y hará que mis ganas de comerte aumenten.

Entonces, me desplazaré a tus labios. Comenzaré besándolos delicadamente. No sé qué sabor tendrán ese día. Quizás hayas comido un chicle de melocotón. O una chuche. O quizás tengan ese sabor tan tuyo. Cualquier de los tres me parece una buena opción. Será un beso lento. Uno de esos que hagan estremecerse todo tu cuerpo bajo mi influencia. Me cogerás por la cintura un tanto arrebatado. Y me acercarás más a ti. ¿Sabes? Esa es una de las cosas que más me gusta, tenerte absolutamente bajo control.

Continuaré con tus labios, mezclando nuestras bocas. Y, luego, los morderé. Se confundirán besos, labios, lenguas, mordiscos y dientes. Y nuestra respiración sonará más fuerte, mucho más fuerte.

Te echaré sobre la hierba, mientras te sigo besando-mordiendo. Y, aunque seas más fuerte que yo, en ese momento serás todo lo débil que un ser humano puede ser. Te sentirás desarmado, desnudo. Y aprovecharé esa desnudez para hacerte completamente mío. Nuestra piel se rozará, cálida. Nos estremeceremos. Cogeré tus manos y las llevaré hacia arriba. Te diré: "No te muevas. Quieto". Y mientras te beso y muerdo, bajaré mis manos hasta límites insospechados. Sin pudor. Sin nada que esconder. Lo siento, voy a portarme mal. Y voy a arrancarte esos suspiros graves que, en contra de toda lógica, me pedirán que no pare.

Y entonces, cuando creas que entre esas caricias acaba todo, vendrá lo mejor. Porque exhausto no eres tan fuerte. Y los gemidos han dejado rasgada tu garganta. Nadie te oirá gritar cuando te devore.

Degusto el dulce sabor de tu piel en mi boca, aún sin tenerte aquí. Es la cuarta vez que pienso en comerte hoy. Creo que si sigo así, tendré que ir al psicólogo. O también puedes venir tú y, bueno... dejar que te devore.

Te espero aquí...

3 comentarios:

  1. Dos Cosas:
    1. Gracias por tu lista de reprodución. Seconhand Serenade y The all-american rejects me han llamado mucho la atención y la muse de ahora tambien me está encantando.

    2. Muy buena historia.. ojalá pudiera hacer algo así por el estilo... de verdad, muy buena!

    Navideathh

    ResponderEliminar
  2. Creo que queda comprobado que tu historia está genial, ya que me gusto tanto que le pasé el link a Navideathh y se ha echo seguidor. =P
    En serio, me ha encantado. De todas formas creo que todo el mundo alguna vez en su vida a tenido tendencias caníbales ^^

    ResponderEliminar
  3. Hacía ya un tiempo que no pasaba por aquí.

    Canibalismo...me ha gustado mucho la comparación que has hecho con la pasión :)
    Espero volver pronto.

    ResponderEliminar