lunes, 19 de mayo de 2014

XII. Mordaza

Me deslizo sobre el borde de tu ausencia como una sombra.
Podría dejarme caer y desintegrarme en el olvido, pero
una ráfaga constante de suspiros me sujetan con fuerza a tus palabras.

El anhelo continuo de saberte vivo.
La ambición tan grande de saberte mío.

Toda la ilusión en la bruma de tu sonrisa,
toda la desdicha en el filo de tu mirada.
Como un sangriento cuchillo devorándome las entrañas,
sacudiéndome el alma desde el epicentro de la memoria,
sobornando mis sentidos, modificando mi subconsciente
para hacerlo tuyo, para hacerlo nuestro...
Y no morir en el intento.

Soñarte y escapar. Escapar y no ser.
No más que dos sombras.
No más que un recuerdo.

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