Me miro al espejo con la melodía invisible clavada en los tímpanos. Soy yo, y otra. Sigo siendo yo, en otro cuerpo. Mi cadera es más ancha, y hay curvas que antes no existían. Me dibujo con las yemas de los dedos, despacio. Mis manos ya casi nunca están frías. Mis pechos todavía son firmes. Y en mi frente solo ha nacido un nuevo surco. Pero alrededor de mis ojos hay más arrugas que nunca. Y las gafas hacen que cada vez se vean más y más pequeños.
Esta soy yo y no soy yo. Soy yo en otra yo. Qué inevitable.
Pero sigo aquí. Luchando por reconocerme en esta piel. Mis labios son cada vez más ásperos, pero todavía conservo la voz. Y los mismos sueños. Ojalá sepas reconocerme en esta nueva yo.
De pronto, el nombre de la canción. Y el ayer se me empaña en el cristal. Ya solo hay recuerdos.
El tiempo no perdona
ResponderEliminarBesos