Entró dando un portazo y comenzó a desnudarse. Alcancé a ver la tormenta en sus ojos antes de que cayera sobre mí. Me empapó el alma con su aroma y se apoderó de mi piel. Noté su aliento en cada poro cuando me dijo:
"Vamos a respirarnos mutuamente, mi amor, como si fuéramos ráfagas.
Revolvámonos el cabello y las entrañas. Entrelacémonos en un huracán."
¿Cómo negarme?
lógico
ResponderEliminar¡Podríamos estar hablando de una entrada triunfal!
ResponderEliminarEs verdad... ¿cómo negarse?
ResponderEliminarQue alguien entre asi y te revolucione la piel tiene que ser increible :)
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