Huye, a veces es lo más sensato, y lo más sencillo.
O quédate. Arriésgate a besar otros labios. Desnúdate en camas ajenas. Deja los sentimientos en sus mesillas. Olvídate de lo que eres más allá de su piel.
Y no te atrevas a responder a preguntas absurdas como ¿todavía crees en el amor?
Qué estupidez.
¿Hablamos de sensatez y no de cobardía?
ResponderEliminarLas mesillas guardan cosas increíbles. Deberíamos protegerlas mucho más a menudo.