En mi corazón siempre es invierno. A veces, al pobre le cuesta bombear. La capa de hielo que se forma a su alrededor lo asfixia. Se ha acostumbrado a la claustrofobia. Ya casi no le dan espasmos cuando te ve. El muy cabrón antes siempre se golpeaba contra el hielo y acababa lleno de moratones. Se ha domesticado. O quizás ha aprendido del dolor.
En mi corazón siempre es invierno. Si vienes para quedarte, cuidado con romper algo. El problema es que nunca cobro fianza, y así me va. Lo único que puedo decirte es que tengo mis propias armas. Piensa antes de jugar con fuego, el hielo también quema.
Increible entrada.
ResponderEliminarMi favorita... la frase del final.
muy inteligente en su resolución
ResponderEliminarlo mejor, las latitudes medias
Hielo y fuego...juntos, son dos conceptos que siempre me recordarán a libros de serpientes voladoras y dragones, celestes, feéricos, oráculos y gigantes.
ResponderEliminarReconozco que ahí dentro prefiero el calor antes que el hielo, por mucho que quemen ambos.
¡Qué chula! Ü
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