No, lo mío va más allá. Es algo así como la plasmación en palabras bonitas de una profunda frustación. ¿Sabes? No soy ninguna violista eminente, tiro más hacia lo mediocre. Tuve mi momento de gloria hace unos años, cuando el tiempo y las condiciones me permitían dedicarle las horas necesarias. Pero se fue, voló como un recuerdo olvidado, y no sé cómo hacer para recuperarlo. Desde entonces he buscado la perfección, sin encontrarla. Me he vuelto cada vez más quisquillosa. Me he convertido en la chica del tercer atril en orquesta, la viola decadente del cuarteto, la violista a la que le da pánico tocar un fortíssimo. Y, poco a poco, he llegado ha cultivar un gran miedo escénico. ¿Tocar delante de gente? ¿Yo? Prefiero una paliza.
La música es mi gran sueño. Pero, ¿sabes? Renuncié a ella hace mucho. Por eso en cada uno de mis relatos, de mis textos, hablo de música. Como si cada vez que la plasmara en un cuento me librara de mi cargo de conciencia, de la culpa, y doliera un poco menos aquí dentro, donde se supone que está el corazón.
Siempre se me dio mejor la teoría que la práctica...
Amo esta foto, aunque el arco esté torcido y la posición sea antinatural.
nunca es tarde, ni nada es imposible si se tiene el valor para intentarlo :)
ResponderEliminarsiempre he dicho que la vida es demasiado efímera como para no luchar por nuestros sueños...y lo del miedo escénico, báh, olvídate de todo durante ese momento, se tú misma, disfruta y con el tiempo se te pasará :)
un besazo
pd: a mi me gusta que hables de música en tus textos :)
Música oh música, no sé que haría sin tí música. La verdad que con la música se puede expresar todo, incluso con una nota.
ResponderEliminarQué grande eres Ross, keep it up!
Fahd Ma.